La vida te sonríe ¡abre los ojos!

Cada día te abordan problemas, preocupaciones, fantasmas que a veces ni existen, la rutina y las obligaciones te desbordan y si además ha sido uno de esos días donde no han salido las cosas como esperabas, esas expectativas que tenías puestas se han esfumado. 

Has ido a apoyarte y “apoyo” no estaba……  puffff.

Piensas…….. Esto no es vida, así no quiero seguir, no puedo con los problemas, estoy al  límite. 

¡No puedo más! Y sientes una agonizante necesidad de huir….

Huye, rápido,  ¡huye!  pero huye de tus pensamientos.

Pensamientos negativos, de ellos es de los que has de huir.

No de tu vida, ni de tu día a día, ni de tus contratiempos….

Si no atravesaras dificultades, si no existieran baches en tu camino que te desequilibran e incluso a veces te hacen caer, si no estuvieras triste y abatido en ciertos momentos, si la vida, a veces, no te pusiera a prueba…… ¿qué serías?  Un robot sin alma, con una vida, sin alma, sin emociones, sin pasión, sin subidas a las nubes por un ratito....

Si de vez en cuando no te vieses en esa difícil encrucijada dónde has de tomar decisiones, donde tu SENTIDO COMÚN debe lucirse en toda su magnitud, donde tus emociones luchan y se rebelan, donde tu fuerza interior ruge como un León…. donde descubres en ti valores que ni siquiera imaginabas...

Si esto no ocurriese en tu vida amigo mío, ¡no serías lo GRANDE que eres!

¿Te das cuenta? ¡Eres grande!

La vida te sonríe y te muestra la inmensidad de tu PODER.

En ocasiones las pruebas son duras, pero los resultados merecen la pena.

Tu esfuerzo, tu superación personal, tu lucha en cada batalla diaria, tu pasión, tu potencia, tu fuerza, tu decisión de no dejarte vencer… es lo que realmente te hace GRANDE.

Reflexiona 5 minutos, prueba a sentarte y mirarte retrospectivamente, en el corto y en el largo plazo...

Analiza lo que has hecho, hoy, el último mes, el último año... piensa de dónde partiste y a dónde has llegado.

Cómo, casi sin darte cuenta, has llegado tan lejos, ¡tan alto!

El camino recorrido, tus logros, tus éxitos y también tus fallos, es la manera de aprender, de evolucionar, de crecer.

¿Me entiendes ahora?

Tú, ahora, eres otra persona, cada día te lo demuestras, cada día tienes un montón de motivos para felicitarte...

¡Hazlo!

Siéntete orgullo de ti mismo, de ser como eres, de ver como avanzas, de ver como tus sueños aniquilan tus miedos….

¡Vamos!

¡Es tiempo de levantarse ya!

Mírate al espejo con orgullo y sonríete. 

Porque tú vales la pena, porque no te rindes, porque tu pasión no tiene límites, porque si te sonríes a ti mismo con el corazón, sentirás que eres especial, muy especial.

Y... también....

Porque yo ¡necesito tu sonrisa para sonreír!

Te quiero a mi lado, ¿recuerdas?

 Eres mi compañía en el camino y sin ti no puedo seguir…

¡La vida te sonríe!

Mira al frente, sonríe, camina, evoluciona y siente....

Esther de Paz